martes, 11 de febrero de 2025

TRANSFORMANDO LA GESTIÓN PÚBLICA DESDE LA BASE: UN ENFOQUE INTEGRAL PARA EL CAMBIO

Por:  Mag. Angel Vásquez, Licenciado en Administración

Para lograr una transformación real en la gestión pública peruana, es fundamental enfocarse en las raíces que sustentan nuestras instituciones y valores sociales. Esto implica un proceso de cambio que no solo involucre a quienes ocupan cargos de decisión en el ámbito Gubernamental, sino que abarque a toda la estructura social, desde el individuo y la familia hasta las instituciones educativas y las organizaciones comunitarias. A continuación, se plantean varias dimensiones claves para una transformación efectiva.

 

Educando en Valores

La educación es un pilar fundamental para fomentar el civismo y el respeto. Desde la niñez, es esencial inculcar valores de solidaridad, responsabilidad y trabajo en equipo. Un currículo escolar que incluya la educación cívica y ética puede ayudar a formar ciudadanos conscientes de sus derechos y deberes. Los docentes, como figuras clave en este proceso, deben recibir capacitación para transmitir estos valores y crear un ambiente en el que los estudiantes se sientan motivados a participar activamente en su comunidad.

Además, programas extracurriculares y actividades que fomenten el trabajo comunitario pueden proporcionar experiencias prácticas que refuercen estos valores. Al involucrar a los estudiantes en actividades que beneficien a su entorno, se logra no solo un aprendizaje teórico, sino una vivencia que potencia la responsabilidad social.

 

Promoción de la Participación Ciudadana

La participación activa de la ciudadanía en la gestión pública es crucial para construir un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida. Fomentar un ambiente donde los ciudadanos se sientan autorizados a opinar y participar en la toma de decisiones no solo fortalece la democracia, sino que también enriquece las políticas públicas con diversas perspectivas y necesidades.

La creación de espacios de diálogo y foros comunitarios, donde los ciudadanos puedan expresar sus inquietudes y proponer soluciones, puede ser un paso importante. Las instituciones públicas deben estar abiertas a escuchar y considerar estas opiniones, lo que fomentará una administración más sensible y receptiva.

 

Fortalecimiento de la Comunidad

La familia y la comunidad son los entornos donde se forman los valores y comportamientos de los individuos. La promoción de la cohesión social y el fortalecimiento de la comunidad pueden jugar un papel clave en la transformación social. Iniciativas que fomenten la colaboración entre vecinos, el apoyo mutuo y el desarrollo de proyectos comunitarios pueden ayudar a construir una cultura de respeto y solidaridad.

Las organizaciones comunitarias, incluyendo ONGs y grupos de voluntariado, pueden ser efectivas en la promoción de valores de civismo y en la implementación de proyectos que beneficien a la comunidad. Estas iniciativas no solo ayudan a resolver problemas locales, sino que también fomentan el sentido de pertenencia y colaboración entre los ciudadanos.

 

Roles de las Instituciones Educativas y Centros de Estudios Técnicos, Superiores

Las instituciones de educación técnica y superior tienen la responsabilidad de formar no solo profesionales competentes, sino también ciudadanos éticos y comprometidos. Si bien se debe priorizar la enseñanza de conocimientos técnicos y habilidades duras, igualmente de importante es cultivar la responsabilidad social en los estudiantes.

Los programas técnicos y universitarios pueden incorporar el servicio comunitario como parte de sus requisitos curriculares, incentivando a los estudiantes a involucrarse con la sociedad. Asimismo, las universidades pueden establecer alianzas con el sector público y organizaciones comunitarias para desarrollar investigaciones que respondan a las necesidades locales, promoviendo una cultura de colaboración.

 

Del Individualismo al Colectivismo

En un contexto donde el "canibalismo profesional" tiende a prevalecer, es crucial cambiar el paradigma de individualismo hacia un enfoque más colectivista. Esto implica valorar el éxito del grupo tanto como el del individuo, promoviendo la comprensión de que el bienestar colectivo es la base del progreso individual.

Los programas de mentoría y desarrollo de líderes comunitarios pueden ser efectivos para inspirar a los individuos a trabajar en la solución de problemas sociales y a impulsar cambios positivos en sus comunidades. Además, es esencial reconocer y celebrar los logros colectivos, lo que refuerza la importancia del trabajo en equipo y la colaboración sobre la competencia.

 

Conclusión

La transformación desde la base no es un proceso rápido, sino un compromiso a largo plazo que requiere la participación activa de todos los sectores de la sociedad. Para cambiar la cultura de la gestión pública en el Perú, es fundamental que cada individuo asuma su papel en esta transición, desde las decisiones cotidianas hasta la participación en la vida pública.

Invertir en la educación, promover la participación ciudadana, fortalecer las comunidades y redefinir el papel de las instituciones educativas son pasos esenciales hacia un cambio significativo y sostenible. Al adoptar un enfoque integral y colaborativo, el Perú puede avanzar hacia una gestión pública que realmente refleje los valores de civismo, respeto y dedicación al bienestar común. Este cambio no solo beneficiará a las instituciones del gobierno, sino que también contribuirá al desarrollo de una sociedad más justa y equitativa, donde cada ciudadano se sienta valorado y empoderado. 

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