Por: Mag. Angel Vásquez, Licenciado en Administración
Para lograr una transformación
real en la gestión pública peruana, es fundamental enfocarse en las raíces que
sustentan nuestras instituciones y valores sociales. Esto implica un proceso de
cambio que no solo involucre a quienes ocupan cargos de decisión en el ámbito Gubernamental,
sino que abarque a toda la estructura social, desde el individuo y la familia
hasta las instituciones educativas y las organizaciones comunitarias. A
continuación, se plantean varias dimensiones claves para una transformación
efectiva.
Educando en Valores
La educación es un pilar
fundamental para fomentar el civismo y el respeto. Desde la niñez, es esencial
inculcar valores de solidaridad, responsabilidad y trabajo en equipo. Un
currículo escolar que incluya la educación cívica y ética puede ayudar a formar
ciudadanos conscientes de sus derechos y deberes. Los docentes, como figuras
clave en este proceso, deben recibir capacitación para transmitir estos valores
y crear un ambiente en el que los estudiantes se sientan motivados a participar
activamente en su comunidad.
Además, programas
extracurriculares y actividades que fomenten el trabajo comunitario pueden
proporcionar experiencias prácticas que refuercen estos valores. Al involucrar
a los estudiantes en actividades que beneficien a su entorno, se logra no solo
un aprendizaje teórico, sino una vivencia que potencia la responsabilidad
social.
Promoción de la Participación
Ciudadana
La participación activa de la
ciudadanía en la gestión pública es crucial para construir un sentido de pertenencia
y responsabilidad compartida. Fomentar un ambiente donde los ciudadanos se
sientan autorizados a opinar y participar en la toma de decisiones no solo
fortalece la democracia, sino que también enriquece las políticas públicas con
diversas perspectivas y necesidades.
La creación de espacios de
diálogo y foros comunitarios, donde los ciudadanos puedan expresar sus
inquietudes y proponer soluciones, puede ser un paso importante. Las
instituciones públicas deben estar abiertas a escuchar y considerar estas
opiniones, lo que fomentará una administración más sensible y receptiva.
Fortalecimiento de la
Comunidad
La familia y la comunidad son los entornos donde se forman los valores y comportamientos de los individuos. La promoción de la cohesión social y el fortalecimiento de la comunidad pueden jugar un papel clave en la transformación social. Iniciativas que fomenten la colaboración entre vecinos, el apoyo mutuo y el desarrollo de proyectos comunitarios pueden ayudar a construir una cultura de respeto y solidaridad.
Las organizaciones comunitarias, incluyendo ONGs y grupos de voluntariado, pueden ser efectivas en la promoción de valores de civismo y en la implementación de proyectos que beneficien a la comunidad. Estas iniciativas no solo ayudan a resolver problemas locales, sino que también fomentan el sentido de pertenencia y colaboración entre los ciudadanos.
Roles de las Instituciones
Educativas y Centros de Estudios Técnicos, Superiores
Las instituciones de educación técnica y superior tienen la responsabilidad de formar no solo profesionales competentes,
sino también ciudadanos éticos y comprometidos. Si bien se debe priorizar la
enseñanza de conocimientos técnicos y habilidades duras, igualmente de importante
es cultivar la responsabilidad social en los estudiantes.
Los programas técnicos y universitarios
pueden incorporar el servicio comunitario como parte de sus requisitos
curriculares, incentivando a los estudiantes a involucrarse con la sociedad.
Asimismo, las universidades pueden establecer alianzas con el sector público y organizaciones
comunitarias para desarrollar investigaciones que respondan a las necesidades
locales, promoviendo una cultura de colaboración.
Del Individualismo al
Colectivismo
En un contexto donde el
"canibalismo profesional" tiende a prevalecer, es crucial cambiar el
paradigma de individualismo hacia un enfoque más colectivista. Esto implica
valorar el éxito del grupo tanto como el del individuo, promoviendo la
comprensión de que el bienestar colectivo es la base del progreso individual.
Los programas de mentoría y
desarrollo de líderes comunitarios pueden ser efectivos para inspirar a los
individuos a trabajar en la solución de problemas sociales y a impulsar cambios
positivos en sus comunidades. Además, es esencial reconocer y celebrar los logros
colectivos, lo que refuerza la importancia del trabajo en equipo y la
colaboración sobre la competencia.
Conclusión
La transformación desde la base
no es un proceso rápido, sino un compromiso a largo plazo que requiere la
participación activa de todos los sectores de la sociedad. Para cambiar la
cultura de la gestión pública en el Perú, es fundamental que cada individuo
asuma su papel en esta transición, desde las decisiones cotidianas hasta la
participación en la vida pública.
Invertir en la educación, promover la participación ciudadana, fortalecer las comunidades y redefinir el papel de las instituciones educativas son pasos esenciales hacia un cambio significativo y sostenible. Al adoptar un enfoque integral y colaborativo, el Perú puede avanzar hacia una gestión pública que realmente refleje los valores de civismo, respeto y dedicación al bienestar común. Este cambio no solo beneficiará a las instituciones del gobierno, sino que también contribuirá al desarrollo de una sociedad más justa y equitativa, donde cada ciudadano se sienta valorado y empoderado.
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